El mejor modo de acabar con el hambre es apoyar a los agricultores

Apoyar a los pequeños agricultores, especialmente en su adaptación al clima cambiante, ha sido identificado como el mejor modo de acabar con el escándalo del hambre en un Estudio de Cáritas sobre Seguridad Alimentaria publicado este año.

Como parte del estudio, se hizo la siguiente pregunta a 98 organizaciones de Caritas de todo el mundo: “¿Cuál sería la acción más importante que habría que realizar para disminuir el hambre, la malnutrición y la inseguridad alimentaria?” La respuesta general giró en torno a la mejora de la agricultura.

Por todo el mundo, Cáritas trabaja con pequeños agricultores, o con agricultores a nivel familiar, para proporcionarles formación, recursos y apoyo. Los programas incluyen diversas actividades, como la formación de los agricultores para que estos produzcan sus propios fertilizantes y pesticidas, mantengan las semillas autóctonas y se adapten a los desafíos que presentan los cambios climáticos.

Los pequeños agricultores alimentan a una gran parte del mundo y si ellos pueden cultivar lo suficiente como para alimentarse a sí mismos, a sus familias y a sus países, a esto le sucederán mejoras en otras áreas como la sanidad y la educación.

Para celebrar hoy las aportaciones de los pequeños agricultores, les animamos a ustedes a que lean y compartan las inspiradoras historias de algunos de ellos:

Lalita – anciana y agricultora en la India central
Lalita y su marido Ramesh son agricultores familiares que luchaban por cultivar suficientes alimentos para su familia. “Antes de este proyecto, pedíamos créditos para comprar semillas y fertilizantes. Ahora no tenemos que hacerlo. Tenemos semillas para comer, vender y plantar en la próxima temporada”, dice Lalita.

 

 

 Mugendi – agricultor en Kenia
“La cantidad de precipitaciones que hemos tenido ha sido inferior a la normal. El tiempo es más caluroso de lo habitual …”, decía Mugendi. Hace unos años, Mugendi se vio forzado a abandonar su tierra a causa del impredecible tiempo meteorológico. Ahora ha podido volver a cultivar su terreno tras haber aprendido nuevas técnicas que le permitirán adaptarse al clima cambiante.

 

Carta de un grupo de mujeres de huertos familiares
Un grupo de mujeres de Pakistán escribió esta carta a otras mujeres que también están luchando, animándolas a que aprendan más sobre el desarrollo de los huertos familiares y a que compartan sus propias experiencias. “Ahora, cuando en Karachi hay violencia o se produce un ataque, podemos recolectar verduras y hortalizas cultivadas en casa y cocinarlas para nuestras familias y niños”, explican.